La protección de datos es un tema esencial para todas las organizaciones y se ha convertido en la principal preocupación de los directivos. El volumen de datos que manejan las empresas está creciendo exponencialmente y el trabajo remoto hace que la gestión de riesgos en torno a la protección de la información en tránsito sea cada vez más difícil.
Todos los días, los colegas generan documentos y comparten información como parte de sus actividades en curso, lo que multiplica las posibilidades de que se filtren datos confidenciales de manera inadvertida o malévola. Estas acciones también pueden generar incumplimientos legales que den lugar a sanciones sustanciales.
Un simple chat o transferencia de archivos puede aumentar el riesgo de compartir datos confidenciales de una manera que no cumpla con la política de seguridad de la organización y la normativa vigente.
Estas son las preguntas más importantes que las organizaciones deben enfrentar:
- ¿Dónde se almacenan los datos y quién puede acceder a ellos?
- ¿Los datos están clasificados y protegidos?
- ¿Se revisan y actualizan periódicamente las políticas y prácticas de protección de datos?
El 43 % considera bastante mala su capacidad para gestionar los datos dondequiera que se encuentren.